viernes, 26 de agosto de 2011

En el preciso momento en que sus dedos bajan a mi pecho recorriendo mi cuello, y mientras sus labios rozan los míos, siento como el corazón me empieza a latir con tanta fuerza, que parece que se vaya a salir del pecho y esa protección que desprenden sus manos... Es increíble. Le amo...

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